miércoles, 10 de junio de 2009

Yes we can pero de verdad de la buena

Juan Manuel Sánchez Gordillo sí que puede, y hay pruebas de ello:
Marinaleda online
Otro mundo es posible en Marinaleda. ¿Un piso por 15 euros al mes? Perdonen, pero para mí, que «(sobre)visc a Barcelona», oír eso es como oír que hay vida en Venus (o, para el caso, saber que Dios existe y es bueno). Y fíjense que no he dicho Marte; tan lejana me parece la utopía de vivir por 15 euros al mes –pues hoy la vivienda es una utopía (Virginia Woolf no podría aspirar ni a un armario para ella sola). Sin embargo, en Marinaleda hay una mujer que paga un poco más –25 euros al mes por una casa– y no recuerda esa palabra... «¿Cómo es esto que han dado tanto en la tele...? ¡Hipoteca! Aquí no. Aquí hay crisis pero ese susto no lo tenemos». No, claro, allí no. Porque allí, gracias a Gordillo, el suelo es de quien lo trabaja. Y, como dice Gordillo, en un pueblo así, ¿quién no querría vivir? En Barcelona tampoco tenemos ese susto, pero porque aquí hemos pedido muerte, como decía el chiste. Eso es lo que nos dice, en definitiva, el silencio administrativo (léase Ayuntamiento): «Haber pedido muerte». O sea, que fotem el camp, que escampem la boira si no podemos pagar un piso en la ciudad que nos parió. Pero, un momento, ¿eso no es mobbing? ¡Exacto! El Ayuntamiento de Barcelona hace mobbing a sus ciudadanos. (¿No es eso un crimen contra la Humanidad? Me pregunto si a Garzón le interesaría este caso...) Pero, ¿por qué tendría que irme a Marinaleda para disfrutar de mi derecho legítimo a una vivienda digna? Pues por lo dicho, porque nuestro Ayuntamiento nos está echando de nuestra ciudad. Porque resulta que en Barcelona el suelo no es de quien lo trabaja ni de quien lo pisa, sino de quien lo pisotea, de quien lo contempla con un daiquiri en la mano desde la suite más breathtaking (porque nos quita el aliento, desde luego, probablemente el último) del Hotel Arts o de la Casa Fuster, donde por cierto Woody Allen ofreció algún que otro concierto después de que le pagáramos un millón de euros para que metiera un fuet en su película. ¡Qué vergüenza de Ayuntamiento el de Barcelona, que ha convertido la ciudad en un parque temático para pijos untados de crema y Chanel, y sangra a sus ciudadanos a base de impuestos, multas y alquileres que matan! En vez de esos carteles tan estupendos de «Jo visc(a) Barcelona», que también hemos pagado nosotros de lo que no nos sobra, deberían forrar la ciudad con las etiquetas ésas del tabaco, «Barcelona mata», por si alguien aún no se ha enterado.

by bertelmax

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tweet
espainfo.es
estamos en
EspaInfoes
Barcelona