viernes, 20 de noviembre de 2009

Ay, Europa...

Bueno, ya está, ya se han elegido a los nuevos altos cargos de la UE. El presidente será el belga Herman Van Rompuy (conservador) y la jefa de la diplomacia europea, la británica Catherine Ashton, hasta ahora comisaria de Comercio (laborista). La elección ha sido rápida, evitando el colapso institucional que muchos temían. Y por consenso. Vale, estas son dos de las ventajas de la elección. Otra ventaja: paridad entre hombre y mujer. Y otra más: equilibrio entre consevadores y teóricos progresistas.

Y ahora, claro, vienen los contras, que no son pocos. Los dos elegidos tienen, claramente, perfiles muy bajos. ¿Por qué? De entrada, parece indicar que los jefes de Estado (principalmente Francia y Alemania) no tienen ninguna gana que cargos supranacionales de la UE les hagan sonbra. Mal vamos. La razón de Estado, de nuevo, se ha impuesto sobre la necesidad de construir una Europa fuerte. Segundo contra: no parece que una británica sea la persona más adecuada para dirigir la diplomacia comunitaria, cuando los ingleses son los más euroescépticos en cuanto al papel exterior de la UE.

El tercer contra, el que para mí pesa más, es que no puedo tener la seguridad de haber escogido a los mejores para el cargo, cumplieran o no con las diversas 'cuotas' que la UE reclama para conseguir consenso. Es un lastre, se mire como se mire, que la meritocracia no guie los pasos que va tomando la Unión.

Una vez puestos sobre la mesa ventajas y contras de la elección tomada ayer por los 27, no quiero prejuzgar a Van Rompuy y Ashton antes incluso de que tomen posesión de sus cargos. Me sorprendió el abrazo emocionado y muy cariñoso que Javier Solana, hasta ahora jefe sin galones del servicio exterior comunitario, dio a Asthon. ¿Será que es más valiosa de lo que imaginamos? Y Van Rompuy, el hombre que ha conseguido que Bélgica no se rompa en dos, ¿nos tendrá reservada alguna idea brillante que deje en fuera de juego, aunque sea momentáneo, a Sarko y Merkel?

Los medios de comunicación económicos británicos y sobre todo estadounidenses se han apresurado a etiquetar negativamente a Van Rompuy y Ashton. Bueno, quizás tengan razón pero no quiero darles el gusto de ahondar en su agorería, ni saltarme a la torera el principio de que las personas tienen derecho, antes de ser criticadas, a demostrar su valía o su incapacidad.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿OTRA VEZ UN MUNDO BIPOLAR?

Algunos medios abren hoy sus primeras páginas dando por hecho que los presidentes estadounidense y chino han inaugurado una nueva era bipolar. Parece que las soluciones a los principales problemas del mundo están en manos de estos dos gigantes, EE.UU. y China.
No es una novedad que, en pocas décadas, todos nuestros jefes (en la lejanía globalizada) serán chinos. Tampoco es nuevo que cuando EE.UU. estornuda, buena parte del mundo se resfría. Así que ya sabíamos que estas dos economías iban a marcar bastantes de los caminos a seguir por el resto.

Lo que sí es nuevo es esta nueva 'marca', rápidamente acuñada por los mass media (pobre periodismo...), de 'otra vez un orden mundial bipolar'. Hasta hace media hora, el mundo había dejado de ser bipolar,tras la caída del muro de Berlín,para ser multipolar, con los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) marcando nuevos ejes geopolíticos, los productores de materias primas manteniendo su centro geoestratégico, Europa conservando el eje vanguardista respecto derechos sociales y construcciones utópicas y EE.UU. manteniendo cierta hegemonía (que la actual crisis económica, sin embargo, ha desgastado a ojos de otros aspirantes al trono). Bueno, parecía que se estaba viviendo una nueva era en la que las decisiones globales ya no se podían tomar sólo desde Washington y Moscou sin tener en cuenta a nadie más.

Pero ahora resulta que EE.UU. y China quieren volver a este patrón de funcionamiento. VArias preguntas.
Primero, ¿será cierta esta pretensión por parte de Obama cuando una de sus prioridades era participar en la construcción de un nuevo orden mundial?
Segundo, ¿Europa piensa decir algo al respecto o seguiremos enfrascados en la estúpida discusión de quién va a representarnos en el exterior? (estúpida porque da la sensación de que no se está escogiendo al o a la mejor sino que, otra vez, las razones de Estado y partidistas mandan en la decisión final).
Tercero, ¿oyen las carcajadas de países como Brasil, Rusia, India o Emiratos Árabes ante tal pretensión 'bipolar'?

martes, 3 de noviembre de 2009

Rato, de nuevo

Hace varios meses, exactamente el pasado 7 de febrero, en este blog escribía que 'cuidado con Rato que avanza por la derecha, sin demasiado alboroto'. Era a propósito de la pasada de frenada que protagonizó Esperanza Aguirre con su numerito de los calcetines blancos post-Bombay. En ese momento, a pesar de todo, el nombre de Rodrigo Rato parecía sumido en las brumas del pasado de los populares. Pero él, poco a poco y sin mucho ruido, volvía de Washington dejando a medias su mandato en el FMI (por razones familiares, dijo) e impartía conferencias aquí y allá dejándose querer y ver.

Nueve meses más tarde de aquel febrero en el que Aguirre metió la pata, la presidenta que quiere seguir siéndolo pero más, ha vuelto a equivocarse desafiando a Rajoy a propósito de la presidencia de Caja Madrid. Ha sido tan poco hábil querer poner a su mano derecha, Ignacio González, después del lamentable espectáculo que la Comunidad de Madrid ha dado con la cuarta entidad financiera española, que a Rajoy no le ha quedado otro remedio que proponer a su candidato (con la inestimable ayuda del escudero de Gallardón, Manuel Cobo, enemigo acérrimo de González y Aguirre).

Y ¿a quién ha escogido Rajoy? A Rato. Sí señor.
Ahora sólo queda saber dos cosas: quién será el candidato del PP en 2012 y, de no ser Rajoy, si será Rato, Gallardón o algún 'tapado' que se está fraguando. Aguirre, que seguirá luchando por serlo, no tiene la más mínima posibilidad. El conjunto del partido no la quiere y los barones territoriales (Feijoo, Camps, Arenas, Basagoiti...además del propio Aznar) están ya muy cansados de que desestabilice el partido anteponiendo su ambición personal.

Así que, ¿Rato o Gallardón?
Yo apuesto que será Rato (no creo que el PP sea tan corto políticamente como para volver a repetir con Rajoy). Seguramente con Gallardón en un puesto relevante de su equipo. Y eso será una muy mala noticia para el PSOE.
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