martes, 29 de marzo de 2011

España será plurilingüística o no será

Ayer, en una cena en Madrid, acabé discutiendo con un argentino sobre el derecho a obligar el conocimiento del catalán en Catalunya. Aparte de lo cansino del debate -¿realmente debería debatir todavía sobre estas obviedades? ¿Dónde hablo catalán sino es en Catalunya?-, lo que me ha dejado perpleja es, de nuevo, lo poco que se entiende fuera de Catalunya que el catalán no es la lengua que hablo en la intimidad con mi madre sino mi lengua vehicular con la familia, el trabajo, los estudios, los amigos... La respuesta de este conocido argentino es: "Perfecto, pero no me obligues a mí a saber catalán". Pero, entonces, cuando yo me dirija a ti -y a todos los que piensan como tú- en Catalunya y tenga que cambiar al castellano sistemáticamente porque no hemos obligado a aprender catalán, ¿dónde quedará mi lengua -o una de mis dos lenguas, debería decir, porque no tengo ninguna intención de renunciar al castellano-? En la intimidad, dijeron sus ojos. De nuevo concluyo que el problema es que España no se acepta ni plurilingüística, ni plurinacional, ni plurinada. Y hasta que no acepte su diversidad -pero de verdad, no en el 'café para todos' que aplicamos desde la transición-, se verá muy pero que muy raro que cuando en Catalunya yo me dirija a la administración de justicia, por ejemplo, quiera y exija que, como mínimo, me entiendan en catalán. P.D. Aviso para navegantes: defiendo que para optar a una plaza pública en Catalunya no cuente saber o no catalán; ganas la plaza como en cualquier otro lugar de España, y luego tienes un periodo de dos/tres años para aprender la lengua. Sentido común y esfuerzo para el consenso, que no es otra cosa que intentar encontrar el beneficio para todas las partes.

martes, 15 de marzo de 2011

Nucleares, el debate equivocado

Desastre total en Japón. El mayor terremoto sufrido en el país seguido por un tsunami devastador ha destrozado vidas y ciudades. Y ha puesto en alerta nuclear al país, desatando en todo el mundo el debate sobre la conveniencia o no de la energía atómica. Un debate que algunos sectores hace mucho tiempo que mantienen abierto pero que el rodillo del pensamiento único normalmente ha conseguido minimizar.

Incluso Zapatero, que desde el principio había defendido el cierre paulatino de las centrales nucleares, últimamente parecía echarse atrás, abrumado por el enorme gasto energético español y el desbocado precio del petróleo.

La energía nuclear tiene alguna ventaja: no contamina con CO2 -otra cosa son los residuos que genera-; no hace falta importarla; es más competitiva económicamente que algunas renovables -de momento-; y produce de manera estable, sin altibajos.

Pero la desventaja que tiene, los residuos nucleares y el peligro de una explosión atómica, es tan bestia que las ventajas quedan eclipsadas.

¿Es necesaria, entonces, la nuclear para el mix energético no ya español sino europeo? Seguramente, tal y como enfocamos el consumo de energía hoy en día, sí. Pero, entonces, quizás equivocamos el foco: no pensemos cuánta energía necesitamos para mantener el ritmo de consumo que tenemos, sino qué podemos hacer para ser más eficientes energéticamente. Si lo consiguiéramos, igual no haría falta ese 19% de electricidad que España consume de origen nuclear.

viernes, 11 de marzo de 2011

Alguna cosa està canviant a Palestina?

Les revolucions que s'estan duent a terme al Magreb tindran, esperem, unes conseqüències tant decisives per la vida i la democràcia d'aquests països que algunes altres protestes estan passant desapercebudes. Per exemple, la dels joves palestins.

Fa uns anys, quan encara no era ministre d'Exteriors, vaig entrevistar a Miguel Ángel Moratinos. No era ministre però ja era un consumat -i respectat- negociador en el conflicte entre Israel i Palestina. A la pregunta de quan creia ell que acabaria el desencontre entre les dues comunitats per arribar alguna dia a la convivència pacífica, no ho va dubtar: quan els palestins exigeixin a Hamas que abandoni la violència.

Perplexe, li vaig preguntar si no creia que era una mica paradoxal que haguessin de ser els més dèbils del conflicte (el poble palestí, no els dirigents palestins) els que donessin el primer pas. Doncs ho pot semblar, va replicar, però aquest serà l'inici del camí.

Anys més tard, el conflicte continua igual d'enquistat. Però potser a remolc de les revolucions a Tuníssia, Egipte i Líbia, resulta que els joves palestins -amb l'ajut de les xarxes socials- han sortit al carrer per demanar tant a Hamas com a AlFatah que deixin d'utilitzar-los com a moneda de canvi; han sortit per reclamar que no els impedeixin relacionar-se entre Gaza i Cisjordania; han sortit, també, per refusar les normes repressives islàmiques que contra les dones està imposant Hamas. Reclamen, diuen, "deixar de viure en un entorn de merda oblidats pel món i pels nostres dirigents".

Tindrà raó Moratinos?
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