martes, 7 de julio de 2009

Las cosas por su nombre

Sabemos que hay muchas pequeñas empresas que lo están pasando mal por culpa, básicamente, de que sus clientes no les pagan antes de 120 días y de que los bancos han colgado el cartel de 'no se fía' y no sueltan ni un céntimo en préstamos (eso sí, el Real Madrid no ha tenido ningún problema para que Caja Madrid y el Santander le hayan prestado 150 millones de euros para, entre otras cosas, fichar por 94 millones a Cristiano Ronaldo, un niñato que da patadas a un balón, se pongan como se pongan los futboleros).

Pero que sepamos esto no significa que tengamos que tragar con el cinismo y la hipocresía de las patronales. Ahora resulta que las pymes lo van a pasar "muy mal" a la vuelta del verano porque, claro, habrán tenido que afrontar "la paga extraordinaria de junio y las vacaciones de los trabajadores". Textual, se lo juro, no me lo invento por increíble que parezca. O sea, se ve que la mal llamada "paga extra" y la nómina correspondiente al mes de vacaciones de los trabajadores por cuenta ajena (eso quien tiene un mes de descanso, claro) no forman parte del bruto anual que consta en el contrato laboral de cada uno de nosostros. No. Son favorcitos que nos hacen los empresarios. Y ahora, claro, pobres, no tienen sufieciente dinerito para hacernos el favor de pagarnos parte del bruto que nos corresponde.

No tengo palabras para describir el cinismo que, una vez más, significa socializar sólo las pérdidas, los agobios y la mala gestión mientras en los tiempos de bonanza nadie se acordaba de implicar, vía beneficios, a los trabajadores.

Una petición: eliminemos de una vez por todas la expresión "paga extra". De "extra" no tiene nada. Si "ellos" deciden prorratear nuestro bruto en 14 pagas o más, eso no significa que dejen de ser nóminas contantes y sonantes.
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