lunes, 27 de septiembre de 2010

Mi sí a la huelga

Es cierto que me ha costado mucho decidirme. Esta huelga general tiene mucho de impostura, mucho de pacto, mucho de destiempo.
Dudo de los sindicatos, que podían haber convocado la huelga mucho antes, ser más combativos y menos complacientes con este Gobierno más demócrata -eso no se lo niega nadie- que social.
Dudo del Gobierno, que se ha doblegado al 'diktat' no ya de la UE (no hay nada de malo en eso 'per se' ya que formamos parte de ella y yo que me alegro), sino de los mercados más especuladores, del sistema financiero y de instituciones de sobrada insolvencia como el FMI (¿alguna vez han funcionado sus recetas o han acertado sus predicciones?).
Dudo de que perder un día de mi sueldo moleste a unos o beneficie a otros.
Dudo, por no beneficiar al PP.
Dudo, por el momento delicado que vivimos.
Dudo.
Y todas estas dudas, hasta ayer, me decantaban hacia el cinismo de, no estando de acuerdo con una reforma laboral totalmente impresentable, no secundar la huelga.
Pero entonces encontré y escuché a un joven de veintitres años, obrero, sin apenas formación, con empleo precario y un sueldo bajo. Mirándome a los ojos me dijo, sin duda, que había cosas que debían hacerse aunque el modo y los convocantes no fueran totalmente de su agrado. Por supuesto que iría a la huelga. Y a la manifestación.
Entonces, seguí dudando pero vi la esencia que mi racionalización, oficio, cinismo y comodidad me habían hecho perder de vista: ¿estoy o no estoy en contra de esta reforma laboral? ¿Voy o no voy a recoger el testigo de tantas generaciones que perdieron días y días de sueldo para conseguir los derechos que ahora tenemos?
Desde luego, hay cosas que deben hacerse. Sí a la huelga.
Tweet
espainfo.es
estamos en
EspaInfoes
Barcelona