martes, 28 de febrero de 2012

"Sonrisas y lágrimas" o reír por no llorar

Hace poco me llegó a través de una colega traductora un vídeo muy... digamos "sugerente" sobre la "participación de la mujer en la investigación biotecnológica", o eso rezaba el título. En el vídeo aparece una mujer sosteniendo lo que parece ser un pedazo de cristal irrompible frente a su cara mientras un hombre dispara contra el mismo para probar que, efectivamente, es irrompible.

A estas alturas está claro que "sugerente" no es el adjetivo que buscaba. Supongo que es vergonzoso, irresponsable, temerario, indignante. Pero, ¿es también machista? ¿La vida de una mujer vale tan poco que uno puede arriesgarse a probar si un cristal es irrompible disparando contra su cabeza? Porque el único rastro de "bio" que veo al leer "investigación biotecnológica" es la vida de esa pobre desgraciada.

Sin embargo, desconozco los detalles de esa grabación. No sé quiénes eran sus protagonistas. Ignoro si ilustra una práctica habitual y alude a la existencia de "probadoras suicidas" en masa o bien se trataba únicamente de una pareja de locos que jugaba en su jardín. Sea como fuere, la mujer se llevaba la peor parte.

A los pocos días, este cartel llamó mi atención en Facebook. Su pie reza: "¿Es usted 100 por 100 femenina? He aquí los principales caracteres de la mujer femenina. En el texto explicamos el origen de estos caracteres, sus trastornos y el modo de corregir éstos".

Pues bien, los "caracteres", con los que se supone que una mujer nace, son perlas como "afición a las cosas concretas" (claro, no le pidas a una mujer que piense en abstracto porque no tiene imaginación ni capacidad para el pensamiento ídem), "predominio de los sentimientos sobre la razón" (vamos, que somos unas histéricas), "deseos de maternidad" (una mujer no es tal cosa si no tiene hijos), "andar gracioso y suave" (no corramos, no vaya a ser que adelantemos a algún hombre despistado y se vuelva gay; a no, que no corremos porque los tacones no nos dejan), "afición a las tareas del hogar" (afición que casualmente le va que ni pintada a los machistas), "nariz pequeña" (esto nos va bien, porque nos excluye de ser Pinochos e ir por ahí contando mentiras tan flagrantes), etcétera, etcétera, etcétera.

Parece cosa del pasado y, si una se lo toma así, hasta tiene gracia por lo ridículo que es. Quiero decir, que está claro que el genio tras el cartel se desacredita a sí mismo. Sin embargo, no tiene tanta gracia cuando aún se encuentran trazos de esa doctrina de "lo femenino" (y por desgracia se encuentran en cantidad) en el presente. Que si hoy estás muy femenina porque te has pintado (todo el mundo sabe que las niñas nacen con un pintalabios en la mano), que si, mujer, ponte tacones que pareces un marimacho (es que nosotras nacemos con tacones; se forman inicialmente en la vagina del feto y en el tercer trimestre se desplazan a los pies), que si es niña hay que vestirla de rosa (porque es innegable que los niños son azules), etc.

Pero lo que sí es gracioso es que "lo femenino" es lo más masculino que existe, dado que es un ideal inventado por el hombre machista para aplicarlo a la mujer tal como la quiere, que es con tacones, con falda, pintada, temerosa, callada, aficionada a sus labores, a sus cosas (cosas de mujer, claro, pero ¿las cosas no están ahí para todos?), sus tareas del hogar (porque el hombre no vive en un hogar, el hogar es cosa de mujeres y de maricas; los hombres aún viven en cuevas y no es cosa suya si el hogar entra en combustión espontánea) y, cómo no, también la quiere tal como solía decirse, con la pata quebrá y en casa.

Y fíjense que digo "el hombre machista", no el hombre a secas. Porque, como dice Nuria Varela, "el feminismo no es lo opuesto al machismo". No se trata de dejar al hombre como un guiñapo y someterlo a las mismas injusticias, sino de igualar los derechos de todos, ya sean hombres, mujeres, heterosexuales, homosexuales (que no maricas), blancos, negros, verdes o unidimensionales. Y cuando digo igualar albergo la esperanza de que no sea por el peor rasero, ése que ha dado en convertir también al hombre en un objeto.

Para acabar, aclararé lo del título. El domingo pusieron en Divinity Sonrisas y lágrimas. Me encantan los musicales, lo que probablemente me convertiría en gay si fuera un hombre, pero, como soy mujer, supongo que es normal. Pero lo de normal ya da para otro tema.

En fin, que este artículo me vino a la mente cuando escuché el número de I am sixteen going on seventeen. La verdad es que es desternillante. Todo un hombretón con la piel curtida, pues así son los chavales de 17 que van para 18, pone sobre aviso a una cándida damisela de 16 que va para 17. Todo muy lóveli. ¿Pues no le canta el mocoso que ella no está para nada preparada para lo que le espera (el acoso masculino al estilo más depredador; ¡hasta dice que los hombres le darán vino!) y añade que necesita de alguien mayor y más sabio que le diga lo que debe hacer (You need someone older an wiser telling you what to do. I am seventeen going on eighteen, I'll take care of you)? Si eso no es machismo y paternalismo en su máximo esplendor, que baje Dios y lo vea (ay, no, que Dios es un hombre también). ¿Y a quién nos encomendamos? De ahí lo de reír por no llorar.

Conclusión: está claro que las cosas han cambiado desde Sonrisas y lágrimas, desde la época en que se hizo el cartelito de "lo femenino" y desde que una pobre desgraciada se colocó un cristal delante de su naricita para que el hombre jugara a sus cosas. Pero sigue habiendo muchos que aún creen que dar más libertad a la mujer es ampliarle la cocina y que una es camionera si no lleva minifalda, lo cual es discriminar tres veces, a las mujeres en general, a las camioneras y a las mujeres homosexuales.

Por desgracia, dichas personas no se dan cuenta de que eso discrimina al hombre también, pues no le deja, por ejemplo, llorar (pese a tener conductos lagrimales), teñirse el pelo si en la caja del tinte no pone Just For Men o algo así como "esto hará que te crezca el pene", hablar de temas que no acaben siempre en fútbol y tetas (si es que no empiezan en fútbol y tetas), etc. En fin, una verdadera lástima.

Un último apunte. Hace años me horrorizaron dos comentarios de dos colegas filólogas. Una repetía maquinalmente el bulo ése de que Mary Shelley es una "escritora masculina" porque escribió una novela de ciencia ficción y la otra comentó que "la ironía y el sarcasmo son rasgos propios del humor masculino".

En primer lugar diré que Frankenstein no pertenece al género de la ciencia ficción, sino al de la literatura fantástica. En segundo lugar, pero no menos importante, el libro de Shelley habla de filosofía, religión, paternidad, ciencia, cultura, amor, bondad, maldad, venganza, tristeza, soledad, todos ellos asuntos humanos y por tanto obviamente tanto femeninos como masculinos, pues atañen a todo ser dotado de alma (y, como sabemos ahora, la mujer también tiene una). Es una perogrullada, pero había que aclararlo.

Por otro lado, la ironía y el sarcasmo son, por los mismos motivos citados antes, tan legítimos en la mujer como en el hombre, pues, vuelvo a insistir, son rasgos humanos. Decir que esa clase de humor es más propia de un hombre equivale a decir que la cocina o la limpieza son actividades más propias de la mujer. Otra perogrullada.

Lo peor es que estos comentarios sí son recientes.

Y ahora sí, acabo. No sin decir antes que es preciso luchar contra tanta ignorancia. Hombre y mujer no son físicamente iguales; ninguna persona es igual a otra, ni siquiera los llamados "gemelos idénticos". Eso nos hace únicos. Pero recordemos que también compartimos más de lo que nos diferencia. Pechos, pene, vagina, testículos y más o menos pelo. Ah, pero pulmones, brazos, piernas, riñón hígado, cerebro, ojos, orejas, nariz (más o menos pequeña), dedos, estómago, vejiga, boca...

No obstante, no se trata de similitudes o diferencias. Aunque unos fueran de Marte y otros de Venus, como afirman ciertos libros que me dejan estupefacta, todos tenemos derecho a los mismos derechos, valga la redundancia. Y las cosas estás ahí para todos. Como alguien dijo una vez, "todas las guerras son civiles porque todos los hombres son hermanos". Pues bien, eso incluye a las mujeres.

Para consultar datos sobre las mujeres en el mundo, véase UN WOMEN WATCH.

by bertelmax


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