domingo, 18 de abril de 2010

¿Qué le pasa a este país?

¿Qué le pasa a este país? (o cómo no perder de vista que somos un país de cabreros al que le ha tocado la lotería). Ah, sí, sí, ya sé que a más de uno le sentará como un tiro que nos defina como un 'país de cabreros', lo sé. Es probable que no lo fuéramos si una panda de retrógados -apoyados por las fuerzas reaccionarias, la Iglesia y, por cierto, algunas de las que se hacen llamar 'democracias venerables' como Gran Bretaña- no hubieran cortado de cuajo en el '36 avances en ciencia, en cultura, en educación, en igualdad de género, en encaje de las diversas sensibilidades dentro del Estado, etc, que se fraguaban desde la década de los '20 y, especialmente, desde el advenimiento de la II República en 1931.
Pero pasó.
Y después de 40 años de caminar hacia atrás y de miles de muertes y cientos de miles de vidas destrozadas, hace tres décadas un puñado de hombres y mujeres valientes volvieron a darnos una oportunidad democrática. Aunque fuera a costa de errores como la Ley de Amnistia o de tragarnos la segunda restauración borbónica.

¿Para qué?

¿Para que ahora, aquí, la extrema derecha siente en el banquillo a un juez que intenta juzgar a los que propiciaron esos 40 años de ignominia y esclavitud ética y política?
¿Para que una panda de chorizos esquilmen la caja pública, eso es, el Estado -que somos todos, por si alguien todavía lo duda- pertrechados tras partidos políticos que son también culpables por omisión?
¿Para que un Tribunal Constitucional que debería haberse renovado hace cuatro años diga que es ilegal -por no constitucional- un Estatuto aprobado por dos Cámaras- el Parlament y el Congreso- más un referendum? (atención: debe haber un Tribunal Constitucional que legitime lo que aprueba el legislador ya que, de no ser así, se podría aprobar la pena de muerte y quedarnos tan anchos; el problema es la LEGITIMIDAD de este Tribunal Constitucional: miembros elegidos no por ser los mejores sino por cuadrar con el reparto político; mal, muy mal).
¿Para que la derecha vuelva a hinchar pecho, sacando a la calle a aquéllos que ya no les da vergüenza decir que sólo hay un tipo de familia, un tipo de pensamiento, un tipo de moral?
¿Para que la moral -basada en las religiones- vuelva a ganar a la ética -basada en el humanismo laico-?
¿Para que el rector de una prestigiosa universidad -la Complutense- sea tachado de 'izquierdista radical' por defender a ese juez que ataca la extrema derecha e intentar que los colegios mayores de la universidad sean mixtos y no caigan en la endogamia de género?

Lo dicho. Somos un país de cabreros (además de pobres, por si a alguien le ha confundido el hecho de estar en la UE, como está demostrando esta crisis galopante) que parece ha vivido por encima de su realidad no sólo económicamente, sino también éticamente.

Pero está en nuestras manos, en la de todos, cambiarlo. Recuperar el espíritu de renovación, ilusión y modernización de esa República, adaptada a los retos del siglo XXI. No sé si podemos contar para ello con nuestros políticos, al menos los que están en primera línea. La verdad, no dan la talla. Necesitamos renovarnos desde abajo. Desde arriba, no se puede. A por ello.

(by Oikos)

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